domingo, 28 de febrero de 2016


Hasta el próximo día 15 de marzo de 2016, se puede visitar la exposición de nuestra compañera de Magenta Evangelina Esparza   “Grises anticuarios, mundo ceniciento” en el CEART de Fuenlabrada.

Tengo el honor de haber seguido la trayectoria de Evangelina en los últimos años, pues allá por 2005 se apunto a las clases de arte que yo imparto en la Academia de Pintura Punto de Fuga, de Fuenlabrada, teniendo gratos recuerdos de esa época como alumna, siempre deseosa  de aprender;  más tarde formo parte del equipo de la academia, siendo una excelente compañera, hasta que realizando la carrera de Bellas Artes, tuvo que dejar la academia para dedicarse de lleno a los estudios de arte.

Siempre he opinado que la formación de un pintor debe ser lo más completa posible y que los conocimientos técnicos nunca sobran, en Evangelina, se puede observar que esta máxima se cumple, pues encontramos obras concebidas  desde un punto de vista figurativo, donde se demuestra el conocimiento técnico, pero con un aporte de arte que es capaz de ocultar la técnica, dando un sentido plástico a su trabajo, a parte del sentido humano, elemento siempre presente en sus temas, elegidos dentro de su entorno y de alguna manera lo que podríamos llamar, lo cotidiano, sus modelos son parte suya o los hace parte suya, se nota en el tratamiento del color en la sutiliza y en el cariño que se aprecia hacia ellos.
Pero Evangelina no se ha quedado solo en lo que hoy se considera “pintura de caballete” su sensibilidad y creatividad la ha llevado a investigar nuevos caminos, y nuevas formas de expresarse, bien al descontextualizar los objetos, o con sus trabajos de transfer o cianotipia, en definitiva, tiene la capacidad para convertir en arte todo aquello que tocan en sus manos.

Como una imagen vale más que mil palabras, no os perdáis esta excelente exposición de nuestra compañera.


Evaristo Palacios

sábado, 27 de febrero de 2016

Actualidad

21/01/2016

Talleres de pintura para niños: ¿qué aprenden?



Talleres de pintura para niños: ¿qué aprenden?

Algunas familias tienen demasiado respeto al arte y no lo asocian con los niños, les parece pronto para un curso de pintura en Fuenlabrada y de cómic, por ejemplo. Es porque no saben que en realidad todos los niños son artistas, y que, incluso sin motivarles demasiado, todos tienen la creatividad a flor de piel, mucho más que la media de los adultos.
Lo que aprendemos sobre todo con los niños que empiezan es el atrevimiento, estar relajados para dejar fluir lo que llevan dentro y divertirse descubriéndolo. Creemos que lo más importante de pintar, grabar, modelar… es el placer que el propio artista obtiene. Y en eso, investigar buscando su placer, son realmente buenos.
En los talleres infantiles de cómic y en el curso de pintura en Fuenlabrada que preparamos periódicamente para ellos, aprenden técnicas que les atraen especialmente. Una de ellas es el grabado, pueden estampar utilizando materiales cotidianos, accesibles para ellos. Aprenden a sacarles el máximo partido y a conseguir objetivos que al principio parecían muy lejanos.
El marmoleado, o suminagashi (“tinta negra que flota” en japonés) es otra técnica que gusta especialmente a los niños porque deja actuar al azar y tiene, como el grabado, varios pasos distintos que requieren habilidades distintas. Se deja flotar tinta, no sólo negra sino también de colores, en cubetas o bandejas con agua y con dos pinceles, uno con tinta y otro para dispersarla, se van echando aplicando gotas que forman círculos concéntricos, como hace de forma natural el mármol. Podemos ayudar al movimiento con aire, soplando o con abanicos, por ejemplo.
Al mojar el papel en la imagen, ésta pasará al papel.
Si quieres que tu hijo encuentre su lenguaje y desarrolle su creatividad, le esperamos la Academia de Pintura Punto de Fuga.

Actualidad

17/02/2016

El secreto del sfumato


El secreto del sfumato

En nuestra academia de dibujo y pintura en Fuenlabrada bebemos de las fuentes clásicas de la pintura y te transmitimos sus enseñanzas amoldándonos a lo que puedes dar según tu nivel, para que éste cada vez sea mejor.
Una de las técnicas que más nos interesan y que casi todos los pintores utilizan en mayor o menor medida cuando pintan algo figurativo es la conocida como esfumado o sfumato, cuyo ejemplo más conocido e impactante en su época es La Gioconda, de Leonardo da Vinci.
El esfumado consiste en difuminar las líneas al borde de las figuras, creando una impresión visual muy similar a la que experimentamos en la realidad cuando miramos un objeto lejano, o uno cercano pero a través de una atmósfera que lo matiza levemente: aire con partículas de polvo, o un ligero humo.
Es de esta última palabra, humo, de donde viene la expresión italiana sfumato, con la que el propio Leonardo bautizó su hallazgo. En el Renacimiento fue un auténtico avance, y aún es útil a nuestros alumnos en nuestra academia de dibujo y pintura en Fuenlabrada para crear impresión de profundidad, antigüedad y realismo.
Fue un gran mérito de Leonardo y de los pintores que le siguieron darse cuenta de que la realidad nunca nos muestra líneas claras y totalmente distintas. El mundo para nuestros ojos está difuminado, ya que el aire no es invisible. Además de las líneas, el sfumato afecta a los colores: si oscurecemos más las partes más al fondo la sensación de profundidad es mucho mejor.
Para experimentarlo tú mismo, ven a Academia de Pintura Punto de Fuga y encuentra al artista que llevas dentro.

Evaristo Palacios, Pintor

“La pintura de Evaristo Palacios (Torrecillas de la Tiesa, Cáceres, 1956) recoge la luz de y el color del entorno con gran delicadeza, descubriendo en los más variados rincones la belleza de lo cotidiano. De esta manera, canales, aguas recogidas, tejados, viejas callejuelas y herrumbrosas casas, se convierten en el punto de arranque de una reflexión plástica que no se fija en el dato visible para copiarlo, sino para reinterpretarlo según una personal escala de valores tonales.
Sus paisajes no recogen el perfil duro de las formas ni la uniformidad de sus colores. Al contrario, intentan reflejar la sutil neblina que las envuelve en el complejo momento del cambio, donde la luz vira hacia otros modos y los colores se desintegran en un complejo abanico de tonalidades. Y todo ello lo consigue el artista cacereño con una ejemplar utilización de ocres, azules y blancos, sabiamente elaborados y dispuestos sobre el lienzo.
Este modo que venimos describiendo otorga a la pintura una poderosa sugerencia o capacidad evocadora, cargada de silencios nunca rotos por la presencia humana. Podría decirse que el autor limpia la mirada de todo elemento anecdótico y se centra en la esencia del paisaje que, como tamizado por la experiencia fugaz del recuerdo, se revela con la presencia de lo verídico. Pues si bien la pincelada descompone en ocasiones determinados aspectos
de la composición, siempre permanece inmutable la estructura sintética de lo observado.”

Carlos Delgado - El Punto de Las Artes - Nº 797 septiembre, 2005