El secreto del sfumato
En nuestra academia de dibujo y pintura en Fuenlabrada bebemos de las fuentes clásicas de la pintura y te transmitimos sus enseñanzas amoldándonos a lo que puedes dar según tu nivel, para que éste cada vez sea mejor.
Una de las técnicas que más nos interesan y que casi todos los pintores utilizan en mayor o menor medida cuando pintan algo figurativo es la conocida como esfumado o sfumato, cuyo ejemplo más conocido e impactante en su época es La Gioconda, de Leonardo da Vinci.
El esfumado consiste en difuminar las líneas al borde de las figuras, creando una impresión visual muy similar a la que experimentamos en la realidad cuando miramos un objeto lejano, o uno cercano pero a través de una atmósfera que lo matiza levemente: aire con partículas de polvo, o un ligero humo.
Es de esta última palabra, humo, de donde viene la expresión italiana sfumato, con la que el propio Leonardo bautizó su hallazgo. En el Renacimiento fue un auténtico avance, y aún es útil a nuestros alumnos en nuestra academia de dibujo y pintura en Fuenlabrada para crear impresión de profundidad, antigüedad y realismo.
Fue un gran mérito de Leonardo y de los pintores que le siguieron darse cuenta de que la realidad nunca nos muestra líneas claras y totalmente distintas. El mundo para nuestros ojos está difuminado, ya que el aire no es invisible. Además de las líneas, el sfumato afecta a los colores: si oscurecemos más las partes más al fondo la sensación de profundidad es mucho mejor.
Para experimentarlo tú mismo, ven a Academia de Pintura Punto de Fuga y encuentra al artista que llevas dentro.
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